Juan Mª Nicolás Navarro

Crónics del bohemio

31.01.2015 17:43

15.03.2014 21:25

Cabizbajo y nostálgico, el bohemio ha salido de casa con una bolsa de papel de un comercio de su zona bajo el brazo. Dentro, una biografía, una historia. Camina en una mañana fría. Faltan pocas horas para que finalice este terrible año. La ligera brisa le sonroja las mejillas, hace aflorar una cosquillosa gotita en la nariz, y, las hojas escarchadas chirrían bajo sus pies. Se detiene en la cafetería, pide lo de siempre, media de tomate y café con leche; pero que sea en vaso. El camarero, saluda y el resto lo obvia. Para qué, si todos los días (…) La bolsa, tras haber dejado por unos momentos su cobijo bajo el brazo, está sobre el mostrador, y el camarero la husmea: -Que, el regalillo de Navidad? -No hombre, que va, cosas mías. Después del desayuno, salgo, !perdón! el bohemio sale del bar, reanuda su caminar. Se detiene en la sucursal del banco y se siente intruso, allanador de morada; en el portal destinado a los cajeros, dos indigentes han pasado la noche: uno sentado sobre los cartones y harapos que le han servido de lecho, se despereza; al lado, la que aparentaba ser una mujer, seguía acurrucada, cubierta hasta la coronilla. 
-Buenos días, necesito dinero y no he tenido más remedio que molestarles. -No, disculpe usted; pero somos artistas callejeros y también tenemos derecho… -Por supuesto que sí. -¿Quiere que le demuestre lo que hacemos en la calle? -No, gracias, ahora tengo prisa. El bohemio, impactado por la realidad evidente: banco-indigencia, riqueza-pobreza, ha continuado su camino.
En la librería, se presenta como montejiqueño que desea comprar “Las Manecillas del Reloj” y dejar la historia que va dentro de la bolsa, para su autora. Cristobal, así se llama el librero, muestra al visitante el libro, quien lo ojea. “Las Manecillas del Reloj” se funden en la bolsa con “Fuego, Ceniza y … DIAMANTE”. Simbólicamente el bohemio con sus brazos echados sobre las dos autoras las besa en las mejillas y se emociona orgulloso de dos escritoras, una de su generación y ligada familiarmente, y otra de posterior generación, pero las dos ¡perdón de nuevo! Los tres somos montejiqueños.
Después el bohemio ha dejado de serlo para besar y acariciar las suaves mejillas de su madre que con 93 años irradian la frescura de una quinceañera. Irene, la dulce y tierna Irene, con sus rasgos asiáticos de donde procede, cuando me abraza y posa su cabeza sobre mi pecho me enternece.
La mañana ha resultado prolija en emociones para el bohemio. De regreso en el autobús ha sonado el móvil. Treinta años hacía que no escuchaba aquella voz. Voz de un buen amigo y compañero con muchas vivencias en común, muchos enfrentamientos difíciles y momentos delicados en ciudades del Norte de España y en fin….. Esta mañana del 29 de diciembre de 2012, me ha deparado gratas sensaciones y sorpresas.



Leer más: https://www.el-pilarico.es/news/cronicas-de-bohemio/

Volver

Buscar en el sitio

© Juan Mª Nicolás 2015 Todos los derechos reservados.